viernes, 15 de junio de 2018

Un hat-trick de Cristiano Ronaldo arrebata la victoria inicial a España en el Mundial de Rusia

Sobre el césped del Estadio Olímpico Fisht (Sochi) se vivió el mejor partido, con una diferencia abismal, de lo que va de Mundial en Rusia. Cristiano Ronaldo, con un hat-trick, permitió adelantarse a Portugal hasta en dos ocasiones, con Diego Costa contestando por partida doble, y sacar un empate en los minutos finales (3-3) tras un golazo de volea de Nacho.
Desde el principio el partido se le puso cuesta arriba a España. Los lusos salieron más intensos, con una marcha más, y eso se tradujo en un penalti sobre su hombre franquicia, Cristiano Ronaldo, cometido por su compañero de club Nacho. Apenas corría el minuto 3 de partido, cuando el propio Cristiano, pitado por el respetable, cobró la pena máxima y abrió la lata engañando a David de Gea.

No obstante, el partido desde ese momento tuvo otra cara. La selección española, con Fernando Hierro en el banquillo como sucesor de Julen Lopetegui, se hizo con el control de la pelota y del partido. Portugal, bien metidita en su campo, esperaba la oportunidad de salir a la contra a una velocidad vertiginosa y dar otro zarpazo. El plan le funcionaba a Fernando Santos, y es que solo un corte estratosférico de Jordi Alba o unos repliegues muy destacados de Sergio Ramos y Gerard Piqué frustraron las galopadas de Ronaldo y Guedes, que llegaban con mucha facilidad. Pero en el minuto 23 España empataría el partido. Y es curioso, porque la jugada nace de un patadón de Sergio Busquets. Diego Costa peleó con Pepe, se hizo con el esférico, y a partir de ahí caracoleó en el área rodeado de contrarios hasta encontrar el hueco suficiente para sacar un disparo cruzado y batir a Rui Patrício. El de Lagarto se hizo un Juan Palomo. Un gol que daría alas a España.
Inmediatamente después, Isco tendría en sus botas el 2-1. Recibió el rechace de un pase que buscaba el desmarque del incombustible Jordi Alba, y sin pensárselo dos veces fusiló la portería lusa. El balón se estrelló en el larguero y botó sobre la línea. Estuvo muy cerca. Avanzaba la primera mitad y España dominaba cada vez de manera más clara la contienda, con asociaciones marca de la casa que generaban mucho peligro. En una de ellas, un taconazo de Koke se marchó rozando el palo. Portugal ni era capaz de aguantar la pelota, ni sorprendía tanto con los contragolpes, y es que España se protegía en mayor medida. Todas las jugadas de ataque de la campeona del mundo en 2010 llegaban por la banda izquierda, con Jordi Alba, Andrés Iniesta e Isco entendiéndose a las mil maravillas, apoyados por Diego Costa, castigando duramente a su rival. No podían pararles. Pero justo antes del descanso llegaría otro jarro de agua fría de la Selecção das Quinas. Desde el borde del área Cristiano, asistido por Guedes (de quien se esperaba más peligro), sacó un latigazo con pierna izquierda ante la mirada de los zagueros. Y llegó el drama, David de Gea se la comió. Mentalmente, un golpe terrible para un portero que venía de cometer un error frente a Suiza. Y le iba a lastrar. Prueba de la inseguridad generada por estea desafortunada acción fue una peligrosa salida en falso en la segunda mitad.

Lejos de venirse abajo, España continuó dominando el partido, con Portugal teniendo la salida por velocidad como recurso. Y en tan solo 3 minutos (55’ al 58’), La Roja le dio la vuelta al marcador. Iniesta recibió una falta lo suficientemente lejos como para no buscar portería. Koke la puso al área, Busquets prolongó de cabeza al corazón y Diego Costa remató a quemarropa para poner el 2-2. El de Badía, que no estaba teniendo precisamente su mejor partido (y eso España lo nota), contribuyó de nuevo directamente a otro gol del hispano-brasileño. Y lo que es el fútbol. Tras una primera parte francamente mala, Nacho, que había provocado el penalti, pasado apuros en defensa e impedido oxigenar a su combinado con una posición en el campo demasiado retrasada, decidió resarcirse con un voleón que a buen seguro será uno de los mejores goles del Mundial. Tremendo golpeo cruzado con la derecha que pegó en un palo y rozando el otro se introdujo en la portería lusa sin que Rui Patrício pudiera hacer nada. España estaba por delante, Portugal contra las cuerdas.

En defensa del resultado, España gozó de posesiones largas y nos recordó con asociaciones de ensueño, al menos en cierta medida, a sus mejores momentos. Contribuyó en ellas Thiago, que entró al partido en detrimento de Iniesta. Isco, desatado. Fernando Hierro daría también entrada a Iago Aspas (por Diego Costa), que pudo dejarse ver combinando y llegando a portería rival, y a Lucas Vázquez (saliendo David Silva). Fernando Santos, cuyo enfado iba en aumento viendo los derroteros que cogía el partido, también movió ficha. João Mário, Ricardo Quaresma y André Silva salieron en sustitución de Bruno Fernandes, Bernardo Silva y Gonçalo Guedes respectivamente. Pero la gran amenaza era Cristiano, que en el minuto 88 pondría la guinda a su actuación con el tercer tanto. Sufrió una falta al borde del área de Piqué, o eso entendió el colegiado Cüneyt Çakır (quien por cierto podría haber amonestado al 7 en varias ocasiones). El capitán, desde una posición perfecta, superó la barrera enviando el esférico a un punto imposible de alcanzar para David de Gea, que hizo la estatua. Era el 3-3 definitivo.
Con este resultado, Portugal y España están por detrás de Irán al final de la primera jornada en el Grupo B. La selección de Carlos Queiroz venció por la mínima (1-0) a Marruecos.

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