Argentina
no pudo pasar del empate (1-1) contra Islandia en el Otkrytie Arena. Se
adelantó en el minuto 19 la albiceleste con el primer gol en un Mundial de Agüero,
pero Finnbogason igualó el partido apenas cuatro minutos después. Halldórsson
fue el héroe de los islandeses parando un penalti en la segunda mitad a un
Messi que tiró del carro y lo intentó hasta el final.
El combinado dirigido por Heimir
Hallgrímsson salió de manera muy agresiva al partido. Al ataque, y presionando
la salida de balón para marcar territorio. Pero Argentina controlaría el
partido desde muy pronto, teniendo en frente a todo un muro defensivo. Once
jugadores con un compromiso tremendo, mucha y fe y sobre todo un trabajo incansable.
Muy juntitos, replegados atrás, no dejaron ni un solo metro a Messi, que desde
el principio bajó al centro del campo a generar las jugadas y ser el futbolista
más vertical de los suyos, buscando asociarse y mirar a portería, pero en todo
momento estuvo rodeado. La estrategia de Islandia estaba clara, patadón arriba
buscando a Finnbogason y juego aéreo con balones al área incluso desde el saque
de banda. Willy Caballero y Otamendi se liaron tocando dentro del área e
Islandia estuvo a punto de adelantarse. Bjarnason falló con todo a favor. Argentina
rondaba el área rival, moviendo el esférico de lado, y terminó encontrando su
premio en el minuto 19. Marcos Rojo sacó un disparo desde fuera del área que se
topó con Agüero, quien se abrió espacio hacia su izquierda y con la zurda
fusiló a quemarropa a Halldórsson para abrir la lata.
Pero los vikingos
responderían apenas pasados cuatro minutos. Finnbogason marcaría el primer gol
en una Copa del Mundo para su país mandando a las mallas un rechace de Willy
Caballero, tras un remate de Bjarnason a pase de Gylfi Sigurdsson. Le faltó
contundencia a la zaga albiceleste en dicha acción. El gol dio alas a una
Islandia que se creció, salió de la cueva y buscó más juego por bandas.
Argentina les había llegado a asfixiar, pero los islandeses tuvieron en la
primera mitad más aproximaciones a la portería rival. Messi lo
intentaba desde fuera del área, buscando asociaciones principalmente con Meza o
Agüero, y Otamendi era la gran baza a balón parado, pero el muro islandés era
infranqueable.
Islandia perpetuó en la segunda parte su inmaculado orden táctico, con un
pundonor envidiable. Argentina, moviendo la pelota a una velocidad demasiado
lenta, continuaba siendo previsible a pesar de la entrada a Banega. Por
momentos los argentinos se mostraron muy estáticos. Abusaron del juego por
dentro, con combinaciones imposibles y poco juego por las bandas. Maximiliano
Meza, que consiguió sacar petróleo con varias faltas que Messi no podría
aprovechar (una de ellas en el último minuto), le sacó un penalti a Magnússon
tras un balón al área del propio Leo. Fue el 10 argentino, y la pena máxima le
volvió a traicionar. Halldórsson se lanzó a su derecha adivinando la
trayectoria del golpeo de Messi. Lo paró, como hizo con todos los intentos del
astro argentino que cogieron portería. Messi, visiblemente ofuscado, lo intentó
constantemente, sin éxito. Tras el penalti, Argentina se instaló en campo rival
y no concedió ni una ocasión a Islandia, que aguantó atrás a la perfección.
Sampaoli apostó por Pavón (en detrimento de Di María) e Higuaín (por Meza),
pero no pudieron cambiar el devenir del partido. El seleccionador islandés
cambió las piezas de ataque, sustituyendo a Finnbogason, Gudmundsson y
Gunnarsson por Skúlason, Gíslason y Sigurdarson respectivamente. Necesitaban
frescura para aguantar el empate, y lo consiguieron. Los bravos vikingos, que
empataron 1-1 en su debut en la Eurocopa frente a Portugal, hacen lo propio en
el Mundial frente a Argentina. El grupo D estará interesantísimo.
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