Los problemas del Manchester City

Los vigentes campeones de la Premier se alejan a 14 puntos del Liverpool, en el peor arranque liguero de Guardiola como entrenador

El City sufrió en el Derbi de Mánchester su 4ª derrota en el torneo doméstico. Foto: Getty Images

Después de completar las 2 mejores temporadas de la historia de la Premier, en las que el Manchester City alzó el título con 100 y 98 puntos respectivamente, el conjunto sky blue ha perdido la excelencia. Son humanos, y este curso están perdiendo su brutal ritmo competitivo. El City ya no es aquel equipo infalible, que maravillaba cada fin de semana en Inglaterra y al que era casi imposible ganar. Pero, ¿qué le está pasando al equipo de Guardiola? Estas son las claves que ayudan a comprender su situación. 

Fragilidad defensiva
La debilidad en fase defensiva es uno de los grandes motivos por los cuales el Manchester City se aleja del título. El equipo de Guardiola es casi incapaz de dejar la portería a cero, y sus rivales necesitan muy pocas ocasiones para hacerles gol. Esto se explica porque el City está sufriendo más que nunca sin balón y, sobre todo, en las transiciones defensivas. Se vuelcan en ataque y cuando pierden la pelota, el equipo se desarma y es muy vulnerable. Además, la exposición a campo abierto y con balones a la espalda se ha juntado a unas lesiones muy dañinas. La zona central y la banda izquierda han sido las zonas más exprimidas.

Bajón en presión e intensidad
El Manchester City parece haber perdido la intensidad de las últimas temporadas. El equipo de Guardiola ya no ahoga a los rivales en su campo con la asiduidad de antaño. Y eso lo está pagando. Porque ya no incomoda tanto a las defensas en salida de balón, ni es ese equipo que recupera la pelota con rapidez y en una posición de enorme ventaja. En ocasiones se quedan a medio camino, dejando la defensa en mediocampo y los atacantes en área contraria, de tal manera que los espacios entre líneas son demasiado grandes. Al City le falta un puntito de chispa sin pelota.

Menor control de los partidos

Consecuencia de los factores mencionados con anterioridad. Los cityzens no están secando en ataque a sus oponentes de la manera que le gustaría a su técnico. Pep no está consiguiendo traducir el dominio de la posesión en un monólogo de principio a fin. Están pasando cada vez más cosas en sus partidos, y por ahí el City está perdiendo su fiabilidad. Necesitan recuperar los porcentajes de posesión y acierto de pase de cursos anteriores.

El City solo ha sacado 4 de los primeros 12 puntos contra el Big Six. Foto: Getty Images

Circulación de balón más lenta

Para poder abrir las defensas, que a menudo se hunden, el City necesita mover la pelota a una velocidad mucho más elevada. Con el esférico, los de Guardiola acaban volviéndose cada vez más previsibles, lo que permite que su rival viva mucho más cómodo replegado atrás. Así mismo, los centros laterales, que suelen ser la solución habitual, precisan de una gran insistencia para dar resultado.  Al equipo le falta movilidad en ataque y algo más de creatividad. En consecuencia, surge un equipo que en partidos adversos peca de ser plano.

Insuficiente acierto de cara a portería
El nivel de ocasiones que sigue manejando el City no deja de ser altísimo. Y eso lo tienen que rentabilizar aún más, dados los problemas defensivos que afectan al equipo. El conjunto dirigido por Guardiola no está teniendo la efectividad necesaria para sacar los 3 puntos como era casi de costumbre. Además de mejorar en el ratio remates/goles, el equipo está echando de menos algo más de desborde y de ese factor diferencial para cambiar los partidos.

Lesiones y picos de forma

Pese al gasto astronómico en fichajes del equipo presidido por Khaldoon Al Mubarak, a Guardiola le ha costado horrores cubrir cada contratiempo. Sobre todo la baja de Laporte, el jefe de la defensa, que ha sido sin duda la más acusada. La columna vertebral se ha visto aún más tocada, con un Kevin de Bruyne en recuperación, los problemas físicos de Agüero e incluso puntualmente de Ederson. Además, la baja de Zinchenko ha abierto una autopista en el puesto de lateral izquierdo, sin olvidar los problemas físicos de otros como Stones o las lesiones graves de Sané y Mendy. La falta de continuidad se ha mezclado con un bajón de rendimiento individual generalizado, e incluso con el envejecimiento en el caso de David Silva.

Guardiola recuperará en febrero a Laporte, con la Champions como gran objetivo. Foto: Getty Images

Mejorable gestión de Guardiola

Se ha echado de menos a un Guardiola más intervencionista. El técnico de Santpedor carece de un plan B definido. El 1-4-2-3-1, que buscaba proteger más la defensa que el 1-4-3-3, ha estado lejos de obtener los efectos esperados. Un problema colectivo, que también puede relacionarse con la elección de jugadores. Cuesta entender la insistencia con Gündogan o Gabriel Jesus, mientras en la defensa el rendimiento es bajísimo. Angeliño y Rodri, máxime en faceta defensiva, están teniendo problemas de adaptación, y el equipo está echando de menos a Fernandinho en el medio. Incluso puede explotar más la polivalencia de Walker y dar más oportunidades a Cançelo. También se puede apelar a la falta de apuesta por la cantera, con Eric García o Taylor Harwood-Bellis reclamando un puesto en el centro de la zaga y Phil Foden en el medio. Y uno de sus grandes errores, la falta de oportunidades a Mahrez, que está siendo uno de los mejores jugadores este curso.

Rivales más y mejor preparados

El resto de equipos de la Premier han dado con la tecla. Se trata de una propuesta en la que se renuncia al esférico, con un repliegue intensivo, de tal manera que los 11 jugadores se congreguen en campo propio. Equipos mentalizados para sufrir, con las líneas muy juntas y ordenadas, en un gran ejercicio de concentración y consistencia. Y cuando ese muro defensivo encuentra la pelota, a partir de ahí busca el contragolpe para dar la campanada. Un plan que le ha salido bien a varios equipos a lo largo de la temporada. Y cuanto más rápidos sean los hombres de ataque, mejor resultado.